Todos
nos encontramos rodeados de tecnología e incluso tenemos nuestro aparato
tecnológico que son nuestros celulares. Los celulares nacieron como herramienta
de comunicación que, en un principio, solo brindaba la posibilidad de realizar
llamadas y que, más adelante, terminaría por añadirse los mensajes de
texto.
Y fue
así como poco a poco se le empezó a añadir más herramientas a los
celulares: cámara, calculadora, grabadora de voz, aplicaciones, juegos e
Internet.
Este
pequeño aparato nos ha permitido tener acceso a la información que queramos
aunque puede mantenernos aislados. Esto se evidencia en las redes sociales,
donde las personas publican sus actividades de manera continua o están
revisando su bandeja de chat.
El uso
del celular no es malo al menos que no se sepa controlar la cantidad de horas a
la que se expone al aparato y que cosas puede perder mientras lo utiliza. Hoy
en día se evidencia varios ejemplos, como cuando hay una reunión familiar o de
amigos y en vez de tener una conversación grata todos los participantes se
encuentran atentos a su celular, o también se evidencia en las noches, que en
ves de dormir se quedan navegando en internet toda la madrugada.
El uso
responsable de los celulares dependerá de uno mismo y el apoyo que le brinden
las personas de su alrededor. La nomofobia no se detecta de manera rápida pero
es importante prestar atención a nuestro alrededor.
Ayudemos
a los demás a hacerlos participes de actividades presenciales, para así aumentar
la interacción de forma personal y no a través de una red social. Y
tu, ¿conoces a alguien con esta adicción?
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