INTELIGENCIA LINGÜISTA




INTELIGENCIA LINGÜISTA O VERBAL

Es la capacidad para usar el lenguaje de manera efectiva , sea en forma oral o de manera escrita. Esta inteligencia incluye la capacidad para modificar la síntaxis o semántica, significados del lenguaje. Nuestro lenguaje nos permite comunicarnos y es una de las características más importante que nos diferencia de los animales.


El lenguaje nos ha ayudado en la supervivencia y en evolucionar, al poder comunicar los peligros, aconsejar, explicar cómo alimentarse, trasladar conocimiento de unas personas a otras. La inteligencia lingüística no se limita únicamente al lenguaje verbal, sino a la capacidad de comunicarse, saber reconocer sonidos o símbolos y asociarlos a un significado. Como sonidos nos referimos a fonemas de distintos idiomas, o símbolos a distintos tipos de caracteres que combinados forman una palabra que se asocia a un significado: letras chinas, rusas, occidentales, etc.

Además el traslado del lenguaje verbal a lo escrito, mediante caracteres, nos ha permitido conservar la historia, los avances, las reflexiones en el paso del tiempo, evitando así tener que volver a empezar de cero, como les ocurre al resto de animales.

Las cualidades de las personas con la inteligencia lingüística:


Habilidad para convencer a otros (líderes políticos) 
Identificar patrones en el lenguaje y falacias. 
Usar el lenguaje para informar (locutores) 
Facilidad para recordar vocabulario y crear estructuras oracionales complejas, uso conectores, lenguaje descriptivo (escritores) 
Facilidad para aprender nuevos idiomas (traductores)


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¿Cómo mejorar mi inteligencia lingüística?

Lee a los mejores autores de tu lengua. Por ejemplo, en lengua castellana, puedes leer a Gabriel García Márquez, José Luis Borges, Benito Pérez Galdós. Lee prensa de periodistas reconocidos, fíjate bien en las figuras literarias, recursos estilísticos que emplean. Aprende a identificar estos recursos y figuras y fíjate cómo los emplean, son muy recurrentes, en qué casos pueden sustituir expresiones tuyas y enriquecer tu lenguaje. Recuerda, escribe o emplea tan pronto como puedas estos recursos para habituarte al uso. A veces, no basta con leer u oír a buenas fuentes, es necesario provocar el uso de lo leído o escuchado.

Ten siempre un diccionario a mano cuando estés leyendo. Al principio lo usarás muy a menudo, pero con el paso del tiempo, cada vez lo usarás menos. Intenta que el diccionario contenga ejemplos de cada palabra en su contexto y es destacable que indique las raices de cada palabra.



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